Piedra, madera y hormigón se combinan en una composición armónica.
Cada textura fue elegida para transmitir solidez y al mismo tiempo cercanía, generando un diálogo entre lo orgánico y lo racional. Los grandes planos vidriados permiten que la luz y las visuales atraviesen la vivienda, potenciando la relación constante con el paisaje.
Un hogar que equilibra diseño, confort y naturaleza.
Los espacios interiores se desarrollan de manera continua, favoreciendo la amplitud y la conexión entre las distintas áreas. La calidez de los materiales y la pureza del diseño hacen de esta casa un refugio contemporáneo, donde cada ambiente se disfruta con la misma intensidad dentro y fuera de la vivienda.
